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17 jun 2014

¿UNIDAD DE LAS IGLESIAS?

¿UNIDAD DE LAS IGLESIAS?
por Lonnie Kent York

¡UNIDAD! Usted oirá esta palabra haciendo echo de una variedad grupos religiosos y significa distintas cosas para cada grupo que invoca este ideal. La Unidad es una bella idea, y las Escrituras respaldan tal concepto. Sin embargo, el tipo de Unidad que las Escrituras promueven es significantemente distinto a lo que es recomendado por los distintos grupos de unidad religiosa de nuestro día.

-La unidad comúnmente predicada hoy es unidad en diversidad - lo cual es un nombre equivocado. Este tipo de unidad es como la que encontramos a los pies de la gran imagen del sueño del Rey Nabucodonosor en Daniel capitulo dos. Aquí encontramos hierro mezclado con barro. Estaban unidos, pero no había unidad entre ambos elementos. Como dice el texto, estaban divididos. Su unión estaba destinada a la separación, porque estos dos elementos no pueden estar unidos en ninguna forma útil. Unidad es lo opuesto a diversidad, y cualquier intento para formar tal unión esta destinado a la ruina como la gran imagen de Nabucodonosor.

En contra de este tipo el apóstol Pablo habla en contra en II Corintios 6:14-18

2 Corintios 6



14 No os juntéis en yugo con los infieles: porque ¿qué compañía tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿Ó qué parte el fiel con el infiel? 16 ¿Y qué concierto el templo de Dios con los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré en ellos; y seré el Dios de ellos, y ellos serán mi pueblo. 17 Por lo cual Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, 18 Y seré á vosotros Padre, Y vosotros me seréis á mí hijos é hijas, dice el Señor Todopoderoso.

Aquí encontramos que las cosas de Dios no pueden estar en yugo con las cosas de este mundo: creyentes con incrédulos; justicia con injusticia; luz con tinieblas. Como el hierro y el barro, estos no pueden ser unidos para formar una unidad. Como dice Juan,

1 Juan 2



15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.

¿Cuál es la sustancia del nuevo movimiento de unidad? Distintos como lo que son, existe una característica subyacente en todos estos movimientos. Ellos, todos, contienden por una unidad que ignora diferencias doctrinales esenciales, o un sistema de compromiso. Ellos quieren comprometer aquellas áreas esenciales donde las diferencias son más distintas. En efecto, ellos quieren acordar no discutir o imponer tales diferencias con la esperanza de efectuar una unión.

Una vez mas, esto no es un concepto Escritural. Dios es un Dios celoso, y no quiere que el hombre adore a otro fuera de Él. Esto también se extiende a Sus enseñanzas (doctrinas). A Israel Dios le advirtió en contra de cualquier alteración a Su palabra:

Deuteronomio 4



2 No añadiréis á la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno.

En El Nuevo Testamento también existe tal actitud hacia la Palabra de Dios.

Apocalipsis 22



18 Porque yo protesto á cualquiera que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere á estas cosas, Dios pondrá sobre él las plagas que están escritas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están escritas en este libro.

Un cristiano no puede comprometer la verdad en ninguna forma. Por lo tanto, la unidad basada en compromiso no es unidad Bíblica.

Las Escrituras nos enseñan el concepto de unidad. La esperanza y oración de nuestro Señor fue que sus discípulos fueran uno, o unidos y no divididos. En el ministerio de nuestro Señor, encontramos que Él enseñó que una casa dividida entre sí no podía permanecer (Lucas 11:17). Los hombres saben que necesitamos este mismo tipo de unidad. Aún Abraham Lincoln advirtió en contra de los peligros de una nación dividida. Entonces, la unidad de la que habló el Señor debe ser diferente a la que es recomendada por las personas de nuestro día y era.

La unidad por la que oró nuestro Señor fue una como la unidad que Él poseía con Su Padre. El saber que tipo de unidad es este nos ayudará a entender la verdadera unidad. ¿Cómo son el Padre y el Hijo uno? Cristo dijo que aquel quien le había visto a Él, había visto el Padre, entonces ellos son los mismos en cierto respecto, aunque diferente en personalidad. Ellos son los mismos en que ellos no difieren en propósito o doctrina.

Cristo dijo que sus palabras no eran de él, pero las que su Padre les había dado (Juan 12:49, 50). O, ellos eran uno en doctrina porque Jesús nunca habló nada excepto lo que el Padre le había dado que hablase. Note que Dios le enseñó las palabras.

Juan 8



28 Díjoles pues, Jesús: Cuando levantareis al Hijo del hombre, entonces entenderéis que yo soy, y que nada hago de mí mismo; mas como el Padre me enseñó, esto hablo.

Aun el Espíritu Santo no puede hablar excepto lo que ha oído, lo cual fueron las palabras de Jesús - Palabras de Dios.

Juan 16



13 Pero cuando viniere aquel Espíritu de verdad, él os guiará á toda verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir.

Si algún hombre habla, debe hablar de los oráculos de Dios (I Pedro 4:11). Por lo tanto, la unidad por la que oró el Señor fue una unidad en doctrina. Esto, entonces, excluiría una unidad basada en diversidad de doctrina.
En la iglesia primitiva ocurrieron divisiones y una súplica fue hecha por la unidad. Pablo, en I Cor. 1:10 ruega por la unidad.

1 Corintios 1



10 Os ruego pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones, antes seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

Aquí aprendemos de dos hechos importantes. Primero, Dios odia la división. La razón es obvia. La División debilita el cuerpo. No se puede mantener. Por eso, Pablo ruega por la unidad. Segundo, encontramos la manera en la que se traen los hermanos de vuelta a la unidad del cuerpo. Pablo provee tres maneras que pueden y traerán las personas a la unidad religiosa:

1. Hablen la misma cosa,

2. tengan la misma mente,

3. Y el mismo parecer.

Un examen cuidadoso a I Corintios 1;10 nos provee con los medios escriturales para alcanzar la unidad entre Cristianos. La primera oración, " que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones " presenta el primer elemento para alcanzar unidad. ¿Cómo podemos tener unidad si no hablamos todos la s mismas cosas? Este era el punto que Pablo hacía. La palabra "hablar", de acuerdo a Thayer (p. 374) significa,

"decir una cosa...profesar una y la misma cosa, I Corintios 1:10"

Si los hermanos no están hablando las mismas cosas, ¿cómo podrán ellos jamás esperar tener unidad espiritual? Esta es la razón para la próxima declaración respecto a las divisiones. Si los hermanos están hablando las mismas cosas, esto es en temas doctrinales, entonces no habrá causas para divisiones.

Esta parte es ilustrado por Pablo en los próximos versículos, donde algunos estaban diciendo que ellos eran de Pablo, o de Apolos o de Cefas o de Cristo. La respuesta de Pablo a esta división fue ¿Está divido Cristo? ¿Fue Pablo crucificado por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?" En cada una de estas preguntas retóricas, encontramos que se apela a lo que enseñan las escrituras, o la doctrina de Cristo. Si todos ellos hablaran las mismas cosas, entonces podrían darse cuenta que Cristo no esta dividido; que Pablo no ofreció su vida para su salvación; y que ellos no fueon bautizados en el nombre de Pablo. Si nosotros pudiéramos oír a lo que estamos hablando, y luego lo comparamos con las Escrituras, pudiéramos resolver la mayoría de las divisiones que existen hoy en el cuerpo de Cristo.

En esta declaración también encontramos el mandamiento para buscar la unidad Cristiana. Considerando la situación en la Iglesia de Corinto, no había aún ocurrido una división abierta, pero los hermanos estaban divididos en sus puntos de vista. La apelación de Pablo era que ellos juntaran de nuevo las partes rotas de su división y sanaran el cuerpo de Cristo.

Esto puede ser alcanzado únicamente cuando ellos comenzaran a hablar las mismas cosas, o volvieran a las escrituras como la única base para hablar cosas espirituales. Por eso, encontramos que las próximas dos partes son presentadas para ayudar a los hermanos en este proceso.

Estos hermanos debían estar "seáis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer". La frase "perfectamente unidos" implica, por definición, que la acción de volver a juntar algo lo cual había sido roto, trayendo harmonía nuevamente a la situación. Si la situación continúa, entonces habrá una división abierta, por eso ellos debían restaurar la congregación a la forma original la cual Pablo les había enseñado en el principio. Esto solo se podía hacer si ellos poseían la misma mente y el mismo parecer.

Tener la misma mente y el mismo parecer en algo, es de acuerdo a Lightfoot, es tener "el mismo estado de mente, el juicio, opinión o sentimiento, lo cual es el resultado..." de la misma mente. (Citado por Robertson en "Word Pictures in the New Testament" Vol. IV, page 72).

Poseer la misma mente acerca de algo es pensar igual o poseer el mismo estado de mente respecto a un tópico. Esta palabra es usada muchas veces para referirse a "la mente de Cristo", por eso si poseemos la misma mente en algo espiritual, iremos a las escrituras y buscaremos la mente de Cristo como ha sido revelada por el Espíritu Santo a través de los apóstoles y profetas. Luego, debemos tener el mismo parecer en el asunto. Tal viene de nuestro entendimiento de las Escritura. Al poseer la misma mente y parecer en los asuntos espirituales, podemos sanas las fracciones que ocurren en el cuerpo de Cristo.

El énfasis de este articulo es demostrar que los movimientos corrientes en pro de la unidad no están fundamentados sobre fundamentos Escriturales, y deben ser evitados. El único camino a la verdadera unidad es el volver a las Escrituras y volver a la forma neo-testamentaria de fe y práctica. Que cada uno de nosotros busque la Unidad Bíblica.

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Me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos - Jud 1:3 (RVR).

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