La consagración aceptable; analizando el yugo desigual

La consagración aceptable; 

analizando el yugo desigual

Por: Dr. Félix Muñoz

"No se unan en yugo desigual con los no creyentes. Porque ¿qué compañerismo tiene la rectitud con el desorden? ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? ¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿Qué parte tiene el creyente con el no creyente? ¿Qué acuerdo puede haber entre un templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo - 2 Cor 6:14-16 (BMH)".

La fidelidad que los corintios le deben a Dios es incondicional. No pueden unirse en yugo desigual con los incrédulos, ni tener que ver con ninguna forma de idolatría. Son ahora el templo de Dios porque vive en ellos. Varias citas del AT enseñan la separación absoluta que debe haber entre ellos y los incrédulos. Dios les ha concedido el privilegio de ser sus hijos, razón suficiente para esforzarse en alcanzar una santidad perfecta.

Al  Pablo exponer que "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos “en el original griego (më ginesthe heterozugountes apistois). De (heterozugos) enyugado con un yugo diferente, aparece en (Lev 19:19) comunicando el enyugado de animales diferentes. En (Deut 22:10) leemos: «No ararás con buey y con asno juntamente». Literalmente: «Dejar de venir a ser desigualmente con paganos inconversos (incrédulos)». Algunos ya se habían hecho culpables de ello. Desde luego, aquí se incluye el matrimonio, pero hay otras uniones a la vista en los principios de aplicación. (Cf. Efe 5:7). La razón (gar) de esta prohibición. Pablo da cinco palabras para distinguir los contrastes  1) Asociación (metochë). 2) Participación con, 3) seguido por el caso instrumental asociativo del griego (dikaiosunëi) que significa "justicia" o por así decirlo "la manifestación de principios correctos de vida", 4) iniquidad (anomiâi). Un reto pertinente en nuestros días cuando los miembros de las iglesias cierran los ojos a las violaciones de las leyes civiles y de las leyes de Dios. Y 5) Comunión (koinönia). Participación en la luz (photi, caso dativo) con pros, afrontando las tinieblas.

Por la "asociación, participación, justicia (conducta de vida), iniquidad y comunión" que los Corintos tenían con los incrédulos, es que Pablo formula una serie de preguntas confrontadoras "¿qué compañerismo tiene la rectitud (Justicia) con el desorden (Iniquidad)? ¿Qué comunión tiene la luz con las tinieblas? ¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial (nombre figurativo de Satanás como príncipe de maldad; cf. 2 Sam. 23:6; Job 34:18; Nah. 1:15, etc., donde es traducido como perverso o inicuo.)? ¿Qué parte tiene el creyente con el no creyente? ¿Qué acuerdo puede haber entre un templo de Dios y los ídolos?".  

En si Pablo quiso comunicar con las preguntas ¿Que Armonía? del griego (sumphönësis). ¿Que "Sinfonía" hay con todo aquello contrario a Dios?, y claro está que habla de Su oponente "Belial". Esta es una transliteración de la palabra hebrea para denotar "indignidad", y aplicada a Satanás (como antes mencionado. El Libro de Jubileos 1:20 así lo expone también como aquí). Pablo recapitula de manera gráfica el contraste entre Cristo y Belial (Satanás), las cabezas de las fuerzas enfrentadas del bien y del mal. Por ello es que es utilizado el término «incrédulo» (apistou) Pablo se refiere no tanto a un inconverso que sin embargo admira a Cristo como a uno que lo rechaza. Hay un gran contraste entre Cristo y Satanás, por tal razón es que al Pablo formula las preguntas y usa la palabra "Concordia" (sunkatathesis). Que significa «acuerdo». Acerca del templo de Dios y los ídolos para dar a entender que no hay nada que les una en carácter, esencia y personalidad.

Pablo sigue sus afirmaciones de manera contundente exponiendo "Porque vosotros sois el santuario del Dios viviente" (hëmeis gar naos theou esmen zöntos). Nosotros, no templos (Hch. 7:48; 17:24; 1 Co. 3:16; 6:19). Como Dios dijo (kathös eipen ho theos). Una paráfrasis y cadena de citas, lo que se le llama Testimonia (de Lv. 26:11ss.; Is. 52:11; Ez. 20:34; 37:27; 2 S. 7:8, 14). La frase introductoria «Habitaré… en ellos» (enoikësö en autois) no está en ninguna de ellas. «Como Dios dijo» señala a los versos de (Lev 26:12 y Eze 37:27).

Todo esto da a entender como Pablo hace aquí una digresión para urgir a sus lectores a no tener nada que ver con la adoración pagana, sino a vivir vidas santas por reverencia a Dios. El llamado: No os unáis en yugo desigual con los no creyentes significa aquí el no participar en la adoración pagana junto con los no creyentes. Esto se aclara con las cinco preguntas retóricas que siguen en los (vv. 14b-16) antes explicadas, y especialmente la última: ¿Qué acuerdo puede haber entre un templo de Dios y los ídolos? (16a). Los creyentes no pueden participar en la adoración idólatra porque son templo del Dios viviente, y Dios ha dicho: Habitaré y andaré entre ellos. Dado que una persona no puede a la vez andar con Dios y participar en un culto y acciones idólatras, los creyentes deben apartarse de la idolatría. Pablo hace hincapié en esto, apelando a exhortaciones en el AT a no tener nada que ver con lo que sea impuro, y a promesas de Dios en el AT de recibir como un Padre a aquellos que se apartan de la idolatría (17, 18).

A la luz de estas promesas Pablo insta a sus lectores a dejar atrás todo lo que los contamina, y concentrarse en perfeccionar la santidad en el temor de Dios (2 Cor 7:1). Este pasaje presenta problemas para el lector porque no es clara su conexión con lo que lo precede y le sigue, y es difícil de entender por qué Pablo lo insertó en este momento en la carta.

Quizá sea que Pablo, profundamente preocupado por restablecer la comunión con los corintios, les estuviera recordando que esto podía lograrse únicamente si cesaba toda participación en los cultos paganos. O, podría ser que estuviera advirtiendo a sus lectores que si se unían a la oposición a él y su evangelio, eso sería lo mismo que ponerse del lado de Satanás o Belial. Pero, en fin todo esto es un llamado a la consagración a Dios como El desea que se haga. "no teniendo ninguna participación en las infructuosas obras de las tinieblas sino, más bien, denunciándolas - Efe 5:11 (BMH)".