La conocida Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA, por sus siglas en inglés) informó de un hallazgo excepcional hecho por espeleólogos que exploraban una cisterna de agua en las colinas de Judea: En las paredes de la cisterna, de roca caliza, había grabados antiguos de una menorah (menorá) de siete brazos.
Los tres miembros del Club de Espeleología de Israel fueron a visitar las cuevas inexploradas en las colinas de Judea, cuando realizaron el hallazgo, informando el descubrimiento a la Autoridad de Antigüedades de Israel.
La menorah que fue grabada en la pared de la cueva tiene las características de los siete brazos (a diferencia de una lámpara de Janucá, que tiene nueve) y la base con tres pies, para los expertos de la IAA por sus características representa de manera clara el candelabro que estaba ubicado en el Segundo Templo de Jerusalén. Esta imagen de la segunda menorah es la que fue utilizada como modelo para el emblema del actual Estado de Israel.
Los grabados de la menorah que se han descubierto en el mismo lugar y una imagen de una llave alargada, que son características del período del Segundo Templo, ademas otras imágenes no identificadas, según la IAA.
Al lado de la cisterna de agua hay un columbario con docenas de oquedades a modo de nidos que se utilizaban para criar palomas en esa época. En el período del Segundo Templo se utilizaron como parte habitual de los rituales de sacrificio.
UN INUSUAL HALLAZGO
Para Saar Ganor, arqueólogo la IAA, “Es muy raro encontrar una pared de grabado de una menorah, y este descubrimiento, que fue realizado de forma significativa durante la fiesta de Janucá, corrobora la investigación científica sobre la naturaleza judía de la presencia en la región durante el período del Segundo Templo “.
Ganor dijo que la menorah fue probablemente grabada en la cisterna tras su construcción antes de ser llena de agua, alrededor del año 530 aC al 70 dC cubierta (período del Segundo Templo). Quedando asi por descubrir el por qué se grabó en un lugar que iba a quedar oculto bajo las aguas.
Actualemente, sólo se conocían dos grabados de menorahs en la región de las colinas de Judea: uno en una prensa de aceite en Bet Loya, donde se representa la misma imagen de la menorah, y el otro en una tumba en el entorno de Bet Guvrin. Tambien existen otras inscripciones de menorás de ese periodo en lámparas de arcilla de Beit Natif.
Al descubierto de este interesante descubrimiento, añade otro nivel importante la información arqueológica y el conocimiento sobre la región, la Autoridad de Antigüedades de Israel continuará estudiando el lugar, donde la ubicación exacta no se dio a conocer para poder preservarlo.
Fuente: Protestante Digital
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