Otro asunto principal es el papel de las mujeres.
El asunto continúa aumentando detrás de la perspectiva del mundo respecto a la mujer, y poco a poco la Iglesia comienza a absorber el pensamiento del mundo.
Francis Schaeffer escribió que para ver dónde la Iglesia estará en los siguientes diez años, veamos en donde está la sociedad hoy.
Usted puede ver ese patrón en todas las áreas ciertamente con el papel de la mujer.
Al ir cambiando la sociedad su perspectiva de los roles bíblicos, la Iglesia gradualmente ha adaptado y ha reinterpretado las Escrituras para lograr la misma perspectiva.
El hecho de que por siglos los papeles bíblicos de la pareja ya no son más asuntos de la Iglesia debería agitar una bandera roja a los creyentes.
Ahora dicen que hemos estado todos equivocados. Ahora debemos seguir el igualitarismo –una igualdad que implica “uniformidad”.
La Iglesia está siendo forzada a entrar a un cambio radical.
Un artículo de Moody trae a colación el ejemplo de una universidad de la Biblia en la cual una mujer se levantó para hablar en la capilla y una cierta cantidad de estudiantes se salieron en señal de protesta.
“¿Qué esta pasando?” Él pregunta. ¿Es cierto que cuando Pablo prohíbe a una mujer enseñar y estar en autoridad sobre los hombres en 1 Timoteo 2, que sólo tiene relación con el trasfondo cultural? ¿Fue aquello una situación que estaba restringido sólo para Éfeso? y él pregunta – “¿A dónde se dirige usted para conseguir una norma autoritativa sobre los papeles hoy?
Usted puede descartar cualquier parte de la Escritura, si usted solo la cancela al describirla como una diferencia de “la cultura”.
No es simplemente el papel de las mujeres en donde la Iglesia está confundida.
Encienda los programas de entrevistas en las estaciones cristianas. Le explican a los hombres cómo se convierten en cada vez más sensibles, más cálidos, más abiertos, etc.
Hoy, la sociedad promueve una afeminación del hombre junto con la masculinización de la mujer. Eso conviene con esta sociedad andrógina. Hacia esto es a donde se dirige la sociedad porque el mundo no ve alguna diferencia en los sexos.
El mundo tiene la intención de hacer a los hombres como las mujeres tanto como puedan y a las mujeres que sean como los hombres tanto como puedan, entonces habrá una igualdad verdadera. No, esta puede ser una uniformidad verdadera –aunque aún eso suene bonito –pero no una igualdad verdadera.
Si sus pies no están plantados en la Escritura, usted será arrasado junto con la marea de lo que el mundo está haciendo. Aún cuando sus pies sean plantados en la Escritura, es una batalla que se ha de mantener en línea cuando parece que todos los demás van hacia una dirección diferente.
Como creyentes necesitamos darnos cuenta de estas cosas. Estamos bajo la presión implacable del mundo. Entre más ampliamente se acepte la perspectiva no bíblica, existirán más creyentes bíblicos aislados.
Al suceder esto, más presión será puesta en nosotros por aquellos que dicen: “¿No podemos hacer algo diferente con las Escrituras que nos permitan ser más aceptados en el pensamiento prevaleciente de nuestra sociedad?”
Por supuesto, existe siempre el peligro de que nos trabemos en una interpretación tradicional de la Escritura que es más tradición que interpretación. Necesitamos ser accesibles al Espíritu Santo cuando examinamos las Escrituras y las estudiamos.
También necesitamos cuidarnos de no venir a las Escrituras para ver si podemos hacer un cambio en ellas que permita a la Iglesia adaptarse al mundo. Entre más se adapte la iglesia, menos poder tendrá porque dependerá menos de Aquel que es el poder.
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